Con imponentes mausoleos y bóvedas adornados con mármoles y esculturas, este pintoresco cementerio ubicado en el coqueto barrio de la Recoleta, es el lugar de descanso final de un gran número de personalidades de la historia argentina, además de ser uno de los lugares más visitados en la ciudad de Buenos Aires.
La historia del Cementerio de la Recoleta se remonta al año 1822, cuando se inauguró el primer cementerio público de la ciudad, en el lugar donde estaba el camposanto de la Iglesia del Pilar, pertenecientes a los monjes recoletos, quienes fueron los que le dieron el nombre al barrio.
Durante la década de 1870, cuando una epidemia de fiebre amarilla azotó la ciudad, muchos porteños de clase alta abandonaron los barrios de San Telmo y Montserrat y se mudaron a la parte norte de la ciudad, a Recoleta. Al convertirse este en un barrio de clase alta, el cementerio se convirtió en el último reposo de las familias de mayor prestigio y poder de Buenos Aires.
Son muchas las personalidades que habitan esta necrópolis, entre militares, grandes, familias aristócratas argentinas, escritores, científicos, artistas, políticos e incluso siete presidentes (Nicolás Avellaneda, Sarmiento, Hipólito Yrigoyen, Mitre, Roca, Illia y Alfonsín). Pero sin dudas quien más se destaca y atrae a los turistas es Eva Duarte de Perón, quien descansa en la bóveda familiar de la familia Duarte desde 1976.
Durante muchos años Evita compartió lugar de descanso con su esposo el General Perón, pero este fue trasladado hace un par de años a su propio mausoleo en su quinta privada de San Vicente. Se ha planteado también trasladar el cuerpo de Eva Perón a este mausoleo, pero debido a la agitada historia detrás de su cuerpo, se a decidido dejarlo descansar en La Recoleta.
Este cementerio es sin dudas el más prestigioso de la argentina y el más costoso también. Debido a su escasos lugares disponibles, ser enterrado aquí es literalmente un lujo. Además muchos de sus mausoleos y bóvedas son obra de importantes arquitectos y más de 90 han sido declaradas Monumento Histórico Nacional. Si quieres comprar una bóveda para uso propio o familiar, tendrás que desembolsar por los menos unos $50.000 usd. si es que encuentres un lugar disponible claro!